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Las auténticas sanciones de las que debería ocuparse el Reino Unido son las que le debe a los africanos

El PARTIDO DEMOCRÁTICO DE GUINEA ECUATORIAL – PDGE emite este editorial tras el desafortunado anuncio del Gobierno del Reino Unido sobre las sanciones contra el Vicepresidente de nuestro país. El PDGE recuerda que: si los gobernantes del Reino Unido están a la búsqueda de justicia ética y moral, debieran empezar por revisar su propia historia esclavista y colonial, por la cual debieran pagar al continente africano las correspondientes sanciones económicas.

Malabo, 28 de julio de 2021

El pasado 23 del presente mes de julio, el Gobierno del Reino Unido, a través de su Ministro de Exteriores, Dominic Raab, anunció una serie de sanciones contra distintas personalidades internacionales por supuestas prácticas de corrupción; entre estas sanciones, el Gobierno del Reino Unido, anunció sanciones contra el Vicepresidente de Guinea Ecuatorial, S. E. Teodoro Nguema Obiang Mangue.

Tras este desafortunado anuncio, el Gobierno de Guinea Ecuatorial, emitió un comunicado rechazando categóricamente dichas sanciones, así como las falsas acusaciones con las que se argumentan. A continuación, el Ministro de Exteriores, Simeón Oyono Esono, anunció el cierre de la embajada ecuatoguineana en el Reino Unido, nación con la cual, hasta este momento, se mantenían unas cordiales relaciones diplomáticas.

Desde el PDGE, apoyamos por completo la respuesta dada por el Gobierno de Guinea Ecuatorial, así como la decisión de cerrar la embajada del Reino Unido. Pero el partido desea ir más allá, y manifestar públicamente cuál es la auténtica realidad que se esconde detrás de este anuncio del Ejecutivo británico. Nos encontramos, con una nueva acción mediática que esconde en su trasfondo el intento de atacar la estabilidad de nuestro país y hacer mella en la buena imagen y el honor del Vicepresidente. Y todo ello, y una vez más, al servicio de las instituciones y lobbies que desde hace décadas (concretamente, desde que se encontró el petróleo en Guinea Ecuatorial), han puesto el foco en nuestro país, con el único objetivo de intentar apropiarse de su riqueza energética. Nada nuevo bajo el sol. Si acaso, que la crisis económica propiciada por la pandemia de COVID 19, está presionando aún más a estos lobbies para buscar nuevas formas de “financiación”, más allá de las fronteras occidentales.

Debemos decir al respecto que, como siempre, estamos y estaremos alerta ante el acecho permanente de estas codiciosas fuerzas, dispuestas permanentemente a asaltar a otros países -supuestamente más débiles-, con el único objetivo final de saquear sus riquezas. Y, en esta larga y repetida historia, y pese a esta “exhibición” de “sanciones morales”, el Reino Unido, no es precisamente, una excepción, sino justo lo contrario.

Una riqueza procedente del horror

Nación longeva , y con una larga y riquísima historia a sus espaldas, el Reino Unido ha sustentado su desarrollo económico y social en la riqueza obtenida durante siglos gracias, en buena parte, a la colonización de otros países. No podemos olvidar que el Imperio Británico llegó a ser el más extenso de la historia. Habiendo conquistado medio mundo, gracias a su ejército y su flota naviera, el dominio de la producción y la agricultura obtenida en otros países, y el comercio de materias primas, consolidaron el espectacular crecimiento económico de esta nación.

Pero en esta historia de dominio colonial y explotación histórica, hay una parte especialmente despreciable y terrorífica: se trata del comercio de esclavos con el cual el Reino Unido se enriqueció durante siglos. Se calcula que, -solo entre mediados de siglo XVII y principios del XIX-, el Reino Unido transportó casi tres millones y medio de esclavos entre África, su metrópoli y sus colonias. Millones de hombres, mujeres y niños, secuestrados en el continente africano para ser vendidos y trabajar en las condiciones más miserables, sin salario, sin derechos, como animales, al servicio del glorioso Imperio Británico. El mayor y más atroz genocidio de la historia, que tuvo consecuencias que duran hasta hoy en día.

Aquel genocidio cometido contra millones de personas, aún sigue sin juicio ni condena, pero se saldó con unas interesantes y peculiares compensaciones: a partir de 1838, cuando la esclavitud quedó abolida en el propio Reino Unido, el Gobierno británico se comprometió a pagar una desmesurada suma de dinero para “compensar” a los dueños de esclavos por la pérdida de sus “propiedades” humanas. Asombrosamente, esta deuda pública, que fue financiada por un banco, fue tan enorme, que se terminó de pagar… ¡en el año 2015!, casi dos siglos después. Es decir, durante 177 años, los impuestos de los británicos han servido para pagar la compensación económica que el Gobierno del Reino Unido pagó a los esclavistas. Pero sin embargo, ni los esclavos de la época, ni mucho menos sus descendientes, recibieron jamás ni un solo penique por el daño recibido, por haber sido secuestrados, torturados o explotados. Tampoco ningún país africano ha recibido ninguna compensación por el daño cometido contra su población, por haber robado su patrimonio humano, por el agravio histórico y moral cometido contra ellos. Ni siquiera, en ningún momento de su historia, el Gobierno del Reino Unido, de una forma oficial, ha expresado una disculpa por este vergonzante pasado esclavista.

Al servicio de la hipocresía

Pero, sigamos repasando algunas de las sangrantes contradicciones de la historia de las instituciones británicas, que -puestos a realizar revisionismo moral- deberían preocupar seriamente a los gobernantes del Reino Unido:

-Resulta verdaderamente paradójico que los gobernantes del Reino Unido acusen a la Jefatura de Estado de Guinea Ecuatorial de ser una de las dictaduras más longevas de la historia, si tenemos en cuenta que es, precisamente la Jefatura de Estado del Reino Unido, la que ostenta, con creces, dicho título. De hecho, las autoridades del Reino Unido se encuentran ya preparando, para el año 2022,la conmemoración del 70º Aniversario de la subida al trono de la Reina de Inglaterra, quien, como el mundo entero sabe, nunca ha sido elegida democráticamente.

-Resulta igualmente paradójico que los gobernantes del Reino Unido acusen al Vicepresidente de Guinea Ecuatorial, y a otras personalidades, por sus supuestos -no juzgados, ni menos aun probados- trámites económicos, cuando la monarquía del Reino Unido es una de las primeras instituciones más ricas del planeta, con total falta de trasparencia en su gestión, tras 700 años de acumulación de riquezas obtenidas, entre otros, a través del dominio colonial de otros países, lo que incluye la explotación de esclavos. Nadie ha podido establecer hasta el momento cuál es el valor neto de la Corona inglesa, ya que, como bien deben saber los gobernantes del Reino Unido, la monarquía inglesa, no está obligada a dar información sobre su patrimonio. Resulta extremadamente hipócrita e incoherente que los gobernantes del Reino Unido exijan trasparencia a personas que nada tienen que ver con su país, cuando no las exigen en sus propias instituciones.

-Resulta igualmente paradójico que los gobernantes del Reino Unido se instituyan como jueces de personalidades extranjeras, cuando en la actualidad, las instituciones británicas dan amparo y protección a un eminente miembro de la monarquía británica, relacionado con un conocido caso internacional de pederastia, que las autoridades de Estados Unidos investigan. Pese a haber sido reclamado para testificar en este asunto, dicha personalidad permanece protegida dentro del seno de la familia Real.

Las sanciones que serían justas

En resumidas cuentas: dado que el actual Gobierno del Reino Unido desea exportar una imagen de moral, repartiendo supuestamente justicia universal; dado que, en esta estrategia, de repente ha decidido fijarse en nuestro pacífico país, Guinea Ecuatorial, para decretar sentencias y sanciones contra nuestro Vicepresidente, desde el Partido Democrático de Guinea Ecuatorial queremos manifestar:

-Que, si los gobernantes del Reino Unido realmente están a la búsqueda de justicia histórica, ética y moral, deben comenzar por revisar su propia historia.

-Que, puestos a mirar a África, y a nuestro país, los gobernantes del Reino Unido, deben, sin duda alguna, comenzar por pedir perdón a este continente por haber cometido en nuestras tierras el mayor genocidio universal.

-Que, puestos a mostrarse como paladines de la justicia universal,  los gobernantes del Reino Unido deben comenzar por respetar la igualdad entre los pueblos, a la que claramente está faltando con esta desafortunada decisión, sobre nuestro Vicepresidente, autoerigiéndose como jueces supremacistas.

-Que, puestos a establecer sanciones, son los gobernantes del Reino Unido quienes deben empezar por compensar de forma millonaria a nuestro continente, gracias al cual el país forjó su desarrollo económico, con la sangre de nuestros esclavos.

-Que, si los gobernantes del Reino Unido deciden autoerigirse en justicieros económicos de países africanos, debieran comenzar por hacer el cálculo de lo que las instituciones británicas expoliaron en este continente, incluyendo el terrorífico secuestro y la explotación de nuestros ancestros, gracias a quienes el Imperio Británico forjó su desarrollo económico; para que, una vez hechos los cálculos se pague al continente africano las correspondientes sanciones económicas debidas por ello.

FIRMADO:

PARTIDO DEMOCRATICO DE GUINEA ECUATORIAL

julio 28, 2021