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La historia del Golpe de Libertad, contada por su protagonista

El Presidente durante la época del Golpe de Libertad.

Cuando acabamos de celebrar el 36º Aniversario del 3 de Agosto, recordamos aquel capítulo que dio un completo giro a la historia de Guinea Ecuatorial, a través del propio relato realizado por el Presidente Fundador del PDGE, Obiang Nguema Mbasogo, en sus memorias “Mi Vida por Mi Pueblo”.

 

Continuamos recordando el relato del momento que dio un completo giro a la historia de Guinea Ecuatorial, a través de su protagonista, el Presidente Fundador del PDGE, Obiang Nguema Mbasogo, en sus memorias "Mi Vida por Mi Pueblo". CAPÍTULO VII: LA DICTADURA DE MACÍAS LLEGA A SU FIN El 3 de agosto de 1979, El Golpe de Libertad Cuando la rebelión empezó realmente, en la madrugada del día 3 de agosto de 1979, con la ocupación de los puntos estratégicos de Bata, se produjeron algunos enfrentamientos armados. Malabo, por el contrario, estaba en calma. Macías intentó reaccionar con la ayuda de los militares de Bata, pero entonces pudo darse cuenta de que la mayor parte de ellos ya le habían abandonado. Algunos de los que seguían a favor de Macías intentaron contactar conmigo, para persuadirme de que renunciara a las medidas de fuerza ya iniciadas, pero les hice ver que la era de Macías ya había terminado y que había llegado el momento del cambio. Se desarrollaron violentos combates en las cercanías del Palacio Presidencial, que cayó tras varias horas de lucha. Durante el combate, los partidarios de Macías permanecieron fieles a él, desde su poblado de Nzangayong hasta Niefang, asesorados por consejeros militares chinos y coreanos. Las columnas de fuerzas gubernamentales ocuparon la ciudad de Niefang, donde se entabló un combate entre ambos bandos, utilizando armamento bélico pesado. A la vista de la resistencia de las fuerzas de Macías, se envió un refuerzo de Malabo por avión, para apoyar a las fuerzas que actuaban a nuestro lado. La situación de Niefang permaneció tensa durante algunos días, ya que se produjeron enfrentamientos con fuego real, con balance de algunas muertes. Macías intentó difundir la tesis de que era víctima de un ataque de fuerzas extranjeras. Incluso recurrió a Jefes de Estado amigos para pedirles ayuda, como hizo concretamente con el Presidente Ahidjo de Camerún, a quien ya había informado yo de la verdadera situación y de los motivos del Golpe de Estado. Además, teníamos controlada la Emisora Radio Malabo, desde la cual informábamos permanentemente a la población nacional y extranjera sobre el desarrollo de los acontecimientos. Envié un mensaje a Macías, aconsejándole que se quedara en su poblado, pero se negó a seguir mis recomendaciones. Intentó incluso llegar él mismo hasta las inmediaciones de Bata, pero no pudo avanzar y se vio obligado a huir de nuevo. Esta vez, intentó escaparse hacia Camerún, donde mantenía buenas relaciones con el Presidente Ahidjo. Macías pensaba que podía contar con él, pero en realidad, éste le consideraba como un tirano. Días antes, hasta finales de julio, había logrado convencer a mi esposa, mi hijo y mi hermano, de que se trasladaran a nuestro poblado, donde pudieran estar a salvo y les recomendé que continuaran hacia Gabón, a la vista del ambiente tenso y enrarecido. Tan pronto como estuvo controlada la situación, envié un mensaje al Presidente Bongo, para informarle de la presencia en el lugar de mi familia y pedirle que la ayudara a regresar al país. Mucho antes de que se emprendieran las acciones contra el régimen dictatorial de Macías, recurrí secretamente al Gobierno Español y le anuncié lo que iba a acontecer mediantes sendas cartas, tanto al Presidente del Gobierno, Don Adolfo Suárez, como al Rey Don Juan Carlos. La finalidad de las mismas era solicitar apoyo económico y miliar para promover el cambio. Realicé esta petición por temor a una supuesta reacción de los consejeros civiles y militares soviéticos, chinos y coreanos que se hallaban a servicio del régimen. Esperé la respuesta durante varios días y, al no recibirla, decidimos arriesgarnos y conseguimos reducir a las tropas enemigas, combate que duró aproximadamente dos semanas. Una vez alcanzado el éxito, se produjo naturalmente el cambio y asumimos la dirección política del país. Empezaron a llegar las felicitaciones de todas partes, a nivel interno e internacional. Las delegaciones extranjeras empezaron a llegar a Malabo, entre ellas, la Delegación española, encabezada por el director general de Política Exterior del Ministerio de Asuntos Exteriores, quien me informó de que el Parlamento español había rechazado mi propuesta porque la nueva democracia española no debía verse involucrada en conflictos africanos y era más prudente permanecer neutral. (Continuará) Gabinete de Prensa del PDGE
agosto 14, 2015