Aunque nos parece casi increíble, un año más, el grupúsculo de personas que cada cierto tiempo organiza una “manifestación” frente a las puertas de la Embajada de Guinea Ecuatorial en Madrid, ha repetido el fracaso de su convocatoria, cada vez menor en presencia y mayor en el ridículo acometido. La necedad de la convocatoria de este año supera a las anteriores, no solo por la ínfima participación, sino por haberse realizado cuando la capital española se encuentra en situación de alarma sanitaria.
La convocatoria de este año ha vuelto a surgir desde grupúsculos infra representativos de la llamada “oposición” que se encuentran en la excolonia española. Entre ellos, nuevamente hemos podido ver a conocidos miembros de las llamadas CORED (dos facciones opositoras con el mismo nombre, que se encuentran peleadas entre sí) y a familiares del “dinosaurio” Severo Moto, que anunció su retirada de la política recientemente.
El esperpento que se ha organizado en este año 2020 ha sido similar al de los años anteriores: apenas dos docenas de personas, casi todas ellas familiares entre sí. Más fotos, carteles y banderas que manifestantes y/o asistentes al evento. Y entre los presentes, algunos enfrentados entre sí, y otros que ignoraban el manifiesto oficial de la convocatoria… Como suele decirse: “mucho ruido y pocas nueces”.
Sin embargo, un factor diferencial ha subrayado la extrema necedad de esta fracasada convocatoria en este año 2020, y es el hecho de que, debido a la pandemia COVID-19, la ciudad de Madrid se encuentra actualmente confinada por el estado de alarma, y la vigilancia de las autoridades es más intensa que nunca. Por eso, en esta ocasión la micro manifestación ha sido más improcedente, imprudente y necia que nunca. Además, los participantes, -frustrados por el nuevo fracaso de la convocatoria-, en algún momento han perdido los nervios, adoptando una actitud amenazante que ha requerido la intervención de los policías presentes allí, que han tenido que calmar los ánimos. Todo lo cual implica, por tanto, haber puesto en riesgo no solo su propia salud, sino la de los agentes.
Tras este nuevo y ya consabido ejercicio de fracaso político internacional, que incluso trasciende fronteras, la pregunta que todos nos hacemos es, ¿cómo es posible que una y otra vez este grupúsculo de exaltados repitan este ridículo, un año sí y otro tambien? Los humanos aprenden de sus errores, pero ellos parecen recrearse en su propia necedad.
Respondemos a esta pregunta con una frase famosa: “hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana…” Pues la estupidez de estos pseudo-opositores es reiterada y por tanto, infinita hasta la eternidad.
Departamento de Prensa del PDGE
